jueves, 24 de julio de 2008

¡CUIDATE DEL REFLUJO!

Por. Liliana Noble Alemán
novedadesmedicas@gmail.com


“A las 5 de la mañana ya estoy bajo la ducha, acto seguido corro al vestidor, son las seis y el tiempo me presiona una vez más, salgo casi volando de la cochera y al haber llegado a la esquina, comienza una enorme fila de autos, las noticias de la radio habitualmente acompañan mi trayecto, otra vez no desayuné, ejercicio, me gustaría, pero; nunca tengo tiempo.

Una hora más tarde ya estoy en mi oficina, entro a una sala de juntas donde el café y los cigarrillos no pueden faltar, horas después mi área de trabajo es un ir y venir de gente, ya tengo hambre pero, primero debo terminar, tampoco he comido, no importa! Algo de la maquinita siempre alivia mi apetito, salgo entre ocho y nueve de la noche, el tráfico está de nuevo insufrible, de vuelta a casa pienso en como voy a organizar el siguiente día. En mi hogar, ceno lo que sea, en realidad la mayoría de las veces hago solo una comida y tengo ayunos muy prolongados, de inmediato trato de conciliar el sueño, pero desde hace unos meses, el ardor en la boca del estómago siento que me quema, me arde, pareciera que tengo lumbre dentro, no puedo mas".

El seguir ese estilo de vida se traduce en efectos negativos para la salud, al grado de que gran parte de la población desarrolla con el tiempo reflujo del estómago hacia el esófago o gastritis crónica, originados por el desequilibrio entre la secreción exagerada de ácido clorhídrico y de una enzima llamada gastrina.

Aunado a lo anterior, el estrés también juega un papel muy importante en los problemas por ácido, ya que en una situación de tensión, el sistema nervioso descarga una gran cantidad de neurotransmisores que, a su vez, producen mayor cantidad de ácido, que si no es neutralizado produce daño.

Sin embargo, para que la aparición del reflujo se haga evidente, es necesario que dentro del estómago del individuo exista una exagerada producción de ácido clorhídrico y que el mecanismo antireflujo del estómago esté alterado.

Las manifestaciones clínicas más frecuentes de este padecimiento son: ardor y sensación de quemazón (atrás del esternón), que a veces se llegan a confundir con enfermedades cardiovasculares; dolor en la boca del estómago y dispepsia o dificultad en el proceso de digestión, acompañada de inflamación abdominal, sensación de pesadez y presencia de gases, si olvidar claro, el uso desmedido de medicamentos que liberan de otros padecimientos, pero erosionan la mucosa intestinal de manera importante.

Respecto al tratamiento con medicamentos, el más adecuado para tratar el reflujo o la gastritis crónica y sus consecuencias es aquel que controla integralmente la aparición de síntomas como dolor, reflujo y, además deberá ser inhibidor de la bomba de protones cuyo efecto es inhibir la exagerada producción de ácido clorhidrico, tal es el caso de esomeprazol., ya que actúan bloqueando la producción de ácido en el estómago y, en consecuencia, la acidez disminuye a tal grado que el paciente va recobrando progresivamente la integridad de la mucosa gástrica.


Sin embargo para que el tratamiento tenga un efecto inetgral, es necesario que los pacientes hagan cambios en su estilo de vida y cambios en su alimentación.
Los pacientes deben evitar:
El tabaco
Las comidas ricas en grasas
El chocolate
El café
El alcohol
La menta
Condimentos o irritantes como el chile
El jugo de naranja


Recuerda: Para un diagnóstico certero no dejes de acudir con un especialista.

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